Investigador: Charalampos Magoulas

 

Identificación de mi escenario en torno al Aprendizaje social de Conte y Paolucci

 

  Cuando Gadamer en su análisis de la poesía de Celan se pregunta ¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú?, pretende establecer una identificación que tiene dos ejes paralelos: él del poeta y él del interpretante. Propone que la interpretación de la poesía debe basarse en dos parámetros: la lengua (no la lengua poética, sino la lengua comuna que se entiende como el portador irrefutable de las significaciones de concretas sociedades en concretas épocas) y la tradición (europea y hebraica, como el libro de oro, el archivo donde se concentran los pensamientos, los conocimientos y la mentalidad de un conjunto de sujetos). Sin embargo, si podemos aceptar que la lengua comuna puede conducir (hasta un punto concreto, porque, en el caso de que reconozcamos el poder absoluto de la lengua cotidiana sobre la interpretación, la particularidad de la expresión poética se deroga) a la interpretación del enunciado poético, la tradición presupone un conocimiento que excluye la posibilidad del acceso al sortilegio poético (no puedo comprender Celan si no he leído Hegel o Trakl). La tradición y la lengua comuna en tantos esquemas teóricos del análisis tienen límites. Eco ha bien hablado de los límites de la interpretación y del caso de la utilización de un texto: habiendo construido una teoría sobre un texto y un autor, interpreto las significaciones según mi predisposición y mi propia ideología, subrayando los elementos que refuerzan mi óptica y subestimando las significaciones que podrían falsificarla.

   Teniendo como ejemplo ésta hermenéutica de Gadamer, la interpretación que proviene de la formación o la imposición de un modelo preexistente, prefiero no identificar mi escenario de trabajo sobre las entrevistas ya tomadas de manera precisa y construir un modelo de explicación antes de ver el análisis de los textos. De todos modos, aún el enunciado “Universidad de la Calle”, la selección de las preguntas, el marco teórico y, por supuesto, el escogimiento de mis “entrevistados” – la mayoría de los quienes son de educación universitaria y académicos – presuponen ya la adaptación de una posición ideológica: la relación entre el conocimiento institucional y no, la dialéctica y el enfrentamiento entre el conocimiento que proporciona la familia, los amigos, la sociedad, el jefe, los colegas y el conocimiento del estudio, de los libros, de los congresos, de la literatura, de la investigación. ¿Cuál calidad es en éste caso más fuerte, la coincidencia o la divergencia? Así pasamos al comentario del Aprendizaje Social.

   Indubitablemente la imitación y la facilitación son dos esquemas teóricos que pueden más o menos describir el procesamiento de la adquisición de un estado mental dentro del cual se produce el conocimiento práctico y se reproducen comportamientos y actitudes adecuados para la sobrevivencia y la obtención de un objetivo. Sin embargo, estos esquemas no representan sólo el acceso a un conocimiento práctico (el caso de la lluvia y del árbol), sino también el conocimiento – o más correctamente la adaptación y la asimilación – de sistemas ideológicos: si la imitación – entonces, la selección de un modelo físico o comportamental – es la solución delante del problema del no-conocimiento (recordamos el ejemplo del restaurante en el § 5.9.a), la facilitación – entonces, la revocación de un base de datos intrínseco – es la solución delante del problema de la no-decisión. Por tanto, debemos aceptar la primacía temporal y gnoseológica de la imitación; en éste caso podemos paralelar estos procesamientos con la filosofía ontológica que empieza por el conocimiento de los seres por los sentidos, la sensación, su representación mental, la percepción, y  acaba por el análisis, el pensamiento. La facilitación es la etapa de la elaboración de los elementos cogidos como experiencias en varios incidentes de nuestra vida.

   No obstante, el esquema “primum imitar, deinde facilitar” parece ser simplificado o/y corresponder a una ética – puesto que se trata de comportamientos – normativa. Si inferimos que la facilitación es un conjunto de diversas imitaciones, es evidente que estas pueden estar – o quizás están obligatoriamente – contradictorias. Si un adolescente quiere informarse sobre la actualidad, imita a su padre que ve la televisión. Llamamos esta imitación A. Un amigo suyo anarquista le explica a él que la televisión reproduce las estructuras del poder y así las informaciones que toma están falsas y peligrosas; le propone el periódico Revolución Ahora. Llamamos esta imitación B. Como no se trata de conocimientos prácticos (ambos, el padre y el amigo del adolescente, en el caso de la lluvia no se refugien bajo un árbol), el adolescente en casos donde debe decidir sobre eventos tendrá dos conocimientos (o portadores de conocimientos) contrarios. Su opinión no será la selección de una o de la otra imitación, tampoco una unión de las dos más constructiva e inteligente o menos, la cual llamaríamos C. Será, como facilitación, una propia experiencia y análisis de las cosas sociales que podemos llamar 1. Si queremos enfrentar el determinismo en el comportamiento humano, recordamos la lectura de Celan por Gadamer: los esquemas explicativos e interpretativos tienen un vigor limitado.

   Por eso, parece justificada la discriminación por los autores entre el contagio y el aprendizaje social (§ 6.4.). A pesar de eso en el § 5.13g citan el pensamiento de Latané y Darley según el cual, ningún quiere encontrarse en una posición donde debe decidir o asumir la responsabilidad de una acción estando solo o aislado. Todos miran a los otros y así se forma la psicología de las masas – mira LE BON Gustave (1908) La psychologie des foules Félix Alcan, Paris; para mí, es un libro fundamental para nuestra investigación. Lo que es difícil y así muy interesante es de comprender y aplicar una interpretación al comportamiento de un sujeto social según el principio del contagio o del aprendizaje. No es siempre evidente de que se trata. Ambos pueden evolucionarse y analizarse en sistemas normativos de comportamientos, desde que cada individuo puede accionar según un conocimiento producido por el contagio social sin asimilar la psicología de las masas y viceversa. De todos modos, el criterio de la temporalidad de la manifestación de una actitud y de la duración de un conocimiento está inseguro para representar su procedencia y su calidad especifica.

   Concluyendo, insistiré en la importancia del análisis semiótico del discurso (y aquí del discurso de los entrevistados y de los sujetos a observar) y citaré el pensamiento de Foucault, conforme al cual, el discurso no es un juego de significaciones precedentes. Hay que comprender el discurso como un poder que ejercemos en las cosas. Esto es muy importante para la interpretación de los versos de Celan y de las respuestas sobre la Universidad de la Calle y para la aplicación de la imitación y de la facilitación como herramientas metodológicas hacia la determinación del aprendizaje social.